TIC Y LA TRANSFORMACIÓN DE LA PRÁCTICA EDUCATIVA

 Introducción

A través de la historia, la humanidad ha experimentado acontecimientos trascendentales que han marcado a la sociedad en su conjunto, por las grandes trasformaciones que provocaron en todos los sistemas y estructuras sociales de su tiempo.

 La primera ola o gran acontecimiento revolucionario se dio con el descubrimiento de la agricultura; las tribus primitivas dejaron de ser nómadas para convertirse en sociedades agrícolas. La segunda ola transformadora se inició hace 200 años con la revolución industrial; las máquinas de producción en serie convirtieron a campesinos y artesanos en obreros, transitando de una sociedad basada en la agricultura a una sociedad industrializada. 

Las últimas décadas del siglo pasado se caracterizaron por el acelerado avance y evolución de las tecnologías de información y comunicación, que permiten acceder fácilmente a volúmenes de información inimaginables en el pasado. La sociedad de la información, como se ha llamado a esta era, ha generado grandes transformaciones y beneficios tanto en la banca como en el comercio, la industria, el entretenimiento, etc.

Alcanzar estos beneficios requiere acoplar la tecnología de información con un replanteamiento claro de los procesos, las estructuras administrativas y la descripción de los trabajos de las personas e instituciones involucradas. No hay razón para creer que en la educación va a ser diferente (Federación para el aprendizaje, 2002). 

Pero no es sólo la tecnología de información el agente transformador de la sociedad, lo es también, y en mayor medida, el conocimiento que es posible generar con la información. Aunque las TIC han sido una condición necesaria para el desarrollo de la sociedad del conocimiento, este concepto se refiere a fenómenos mucho más amplios y complejos que los únicamente asociados a dichas tecnologías. 

La universidad y particularmente los profesores universitarios deben contribuir, con una práctica educativa innovadora, para coadyuvar a transitar de la sociedad de la información a las sociedades del conocimiento.



La innovación de la práctica educativa


La práctica educativa actual de los profesores de instituciones de educación superior no es pertinente con los cambios que han generado la globalización y el avance acelerado de las TIC, en el aprendizaje de los estudiantes. Debido a esta revolución tecnológica, especialmente en informática y telecomunicaciones, las universidades han dejado de poseer 
el monopolio del conocimiento (Salinas, 1998) que por siglos ostentaron; hoy en día es posible que el estudiante aprenda más y mejor, fuera de la escuela que en el interior de las aulas.

La gran mayoría de los docentes en educación superior basan su práctica en la transmisión de información, por medio de un libro de texto o materiales diseñados por ellos mismos. Herrera (2005) señala que el profesor de este nivel tiende a utilizar como única técnica didáctica la exposición, 
su función es la de exponer un tema y la función de los alumnos es escuchar, en el mejor de los casos el profesor hace algunas preguntas y los alumnos contestan a ellas. 
Esta estrategia centrada en la enseñanza se viene utilizando desde hace siglos, cuando la información era escasa y muy difícil acceder a ella (Escorcia, 2001). Hoy existe el problema contrario. Hay grandes cantidades de información fluyendo a velocidades impresionantes a través de Internet y otros medios electrónicos, y resulta muy fácil y rápido acceder a ella.
En este océano de información es muy posible que el 
estudiante encuentre materiales actualizados y de mejor calidad académica que incluso el material utilizado por su profesor.




Ante esta problemática la educación superior requiere de un nuevo perfil del docente universitario. El profesor 
debe poseer ciertos conocimientos, habilidades y actitudes para ejercer en el aula una práctica educativa innovadora.
La transición que experimentamos de una era industrial a una era digital debería estar marcando una innovación importante en el área educativa. Aunque en muchos 
casos se han incorporado TIC en las escuelas, se han subutilizado sólo como una forma de atraer la atención de los alumnos. A nivel macro, las cuestiones estratégicas como la planeación del currículo, la monitorización del progreso 
de los estudiantes y la provisión de retroalimentación se mantienen sin cambios en lugar de aprovechar las ventajas. 



El perfil del profesor en la sociedad del conocimiento

Hoy en día los estudiantes de instituciones de educación superior, en su gran mayoría, poseen habilidades en el manejo de TIC que han ido desarrollando por medio del uso cotidiano de estas herramientas. Utilizan Internet para comunicarse y para buscar información para sus tareas escolares. La generación del milenio, como se le ha llamado recientemente, son alumnos multitareas experimentados, acostumbran a comunicarse con mensajes de texto y correo electrónico, mientras hacen búsquedas en Internet o ven televisión (Meister, 2007). Esto significa que los profesores debemos adaptarnos a la realidad de los estudiantes de esta generación y no viceversa.

Existen gran cantidad de sitios web que pueden ser una valiosa fuente para la construcción del aprendizaje. Pero también son un atractivo recurso para fomentar la pereza y las prácticas de plagio entre los estudiantes. Localizar algo en la red, seleccionarlo y darle «copy/paste», sin leer, analizar, reflexionar, cuestionar, deducir o concluir, en nada contribuye a la construcción del aprendizaje del alumno. Es un mero ejercicio mecánico que sólo ayuda a desarrollar cierta habilidad motriz (Guzmán, 2003).



El profesor debe incorporar en su práctica educativa estrategias innovadoras diseñadas tomando en cuenta las TIC como elementos integrales del contexto educativo. En este sentido, Martínez (2001) afirma:«Estamos ante un profesor que dispone de las mismas fuentes de información que el alumno y que se diferencia de aquél en el previo dominio de los contenidos sobre los que se trabaja y de los procedimientos aceptados para el acceso al conocimiento científico.»

Quizá el rasgo diferenciador de la formación del profesorado esté en la necesaria capacidad de éste para valorar y aceptar propuestas nuevas que pueden surgir en los procesos de construcción del conocimiento a partir de la navegación por los espacios virtuales. 

El profesor debe disponer de las capacidades necesarias para reconocer, valorar y en su caso aceptar un modelo diferente de aproximación al conocimiento, al margen de la ortodoxia del mismo.

Las nuevas tecnologías están diseñando nuevos espacios de enseñanza, nuevas normas, nuevos modelos. 

1. Mentor de escritura: cuya principal tarea es proporcionar retroalimentación a los textos enviados por los estudiantes de las asignaciones del curso. 

2. Orquestador: que conlleva una serie de funciones administrativas, pedagógicas, tecnológicas y de enlace. 

Para la ANUIES (2000) las funciones, habilidades y 

destrezas que debe poseer el profesor para ejercer una práctica educativa innovadora son: 

1. Gestionar y facilitar los aprendizajes. Por medio de 

TIC es posible proveer de recursos y herramientas para 

cumplir esta función.

2. Evaluar competencias. El conocimiento del alumno se debe reflejar en sus capacidades, en el «saber hacer». 

3. Diseñar nuevos ambientes para el aprendizaje. Esto significa, incluso, que el docente debe proponer el rediseño de los espacios educativos considerando la incorporación y uso de los diferentes medios.

4. Formar parte de grupos inter y multidisciplinarios, a través del trabajo colegiado institucional.

5. Generar nuevos conocimientos. El docente debe desarrollar proyectos de investigación, relacionados con su ámbito de desempeño.

6. Participar en redes y comunidades de aprendizaje. Para compartir experiencias de aprendizaje con sus pares de otras partes del mundo. 

7. Modificar su práctica de acuerdo con los ritmos y estilos de aprendizaje de sus alumnos. Se refiere a la flexibilidad para adaptar su práctica de acuerdo a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes.

8. Considerar las diversas modalidades para el aprendizaje: presencial, en línea, CBT, mixto (b-learning).

9. Proveer de diversas fuentes de información y formar a sus alumnos en la búsqueda, selección, análisis, síntesis y generación de nuevos conocimientos.

10. Formar y formarse para la innovación. Participar en programas de formación y actualización continua.

11. Favorecer la autonomía, creatividad, actitud critica y confianza de los estudiantes, promoviendo el principio de aprendizaje a lo largo de la vida.

12. Ser flexible para adaptarse a los cambios y reflexionar permanentemente sobre su práctica. 



Hallazgos preliminares

Para este trabajo se aplicó a una muestra piloto de profesores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas en México, un instrumento para medir su acceso a las TIC y el tipo de práctica educativa que ejercen.

Se encontró que la mayoría de los profesores consideran importante el uso de TIC en el proceso de enseñanza y aprendizaje, tienen acceso a computadora con conexión a Internet, utilizan el correo electrónico en su trabajo docente y han participado en cursos de actualización en TIC. 

por lo que podemos inferir que tienen el acceso a las TIC, necesario para ejercer su práctica docente.

La mayoría de los profesores utiliza sólo las presentaciones electrónicas como medio de apoyo al aprendizaje,

por lo que podemos asumir que utilizan la tecnología únicamente como un apoyo para la exposición.

De este grupo de profesores encuestados, el 100% utiliza sólo la exposición temática como estrategia de aprendiaje, aun cuando el 90% de ellos refiere haber participado en programas de formación sobre pedagogía y uso de TIC en la enseñanza. Por lo que podemos comprobar en estecontexto, lo citado en la revisión bibliográfica de este estudio: la práctica educativa del profesor universitario es de tipo tradicional aun cuando ha participado en programasde formación. En este caso es recomendable trabajar en las ensibilización para el cambio de actitud de los profesores, frente a las nuevas funciones que han de desempeñar en su práctica educativa. 

Reflexiones finales

El docente universitario tendrá necesariamente que cambiar su función para aplicar eficientemente metodologías innovadoras que proporcionen a los alumnos herramientas para integrar conocimientos nuevos con los ya adquiridos, concibiendo la clase como un laboratorio donde todos tengan la 
posibilidad de participar, donde los materiales se adapten al 
educando y no viceversa, para responder a necesidades particulares dependiendo del contexto (Briet, 2006).
Evidentemente, esta metamorfosis del papel docente 
implica un gran esfuerzo de formación inicial y continua del 
profesorado, donde el dominio de las TIC es fundamental 
para lograr asumir esos nuevos roles (González, 2006).
Pero no es sólo la inclusión de TIC en la enseñanza 
lo que le da el carácter innovador, la innovación educativa debe verse desde una perspectiva mucho más amplia e 
integral, donde la combinación de los medios tecnológicos 
adecuados y un diseño didáctico basado en las necesidades 
específicas de aprendizaje de acuerdo al contexto, será lo 
que caracterice la práctica educativa que responda a las demandas de la sociedad del conocimiento. 


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